Compartir

El aceite de oliva, principal producto de exportación española

ā€œA lo que aceite de oliva hecho, sĆ”cole provecho.ā€

Proverbio espaƱol

Ā 

Oro lƭquido. El aceite de oliva es, junto al trigo y la vid, uno de los tres pilares que componen la trilogƭa alimentaria mediterrƔnea, celebrada en el mundo entero por sus propiedades beneficiosas para el organismo, artƭfice de salud y longevidad. Acaso la propia planta puede servir como muestra: no son pocos los casos de ejemplares milenarios existentes a lo largo de todo el mundo.

El cultivo del olivo estĆ” directamente aparejado a la aparición y difusión de la civilización europea: sus orĆ­genes en tierras fenicias del Próximo Oriente, su popularización por la Grecia minoica, dominadora del Mar MediterrĆ”neo, su extensión y asentamiento por toda la ribera de este estratĆ©gico punto de conexión entre Europa y Ɓfrica, Oriente y Occidente. El aceite era un elemento esencial en la cocina, pero tambiĆ©n un combustible habitual y uno de los principales agentes cosmĆ©ticos de la antigüedad, destinado a la elaboración de ungüentos, base estabilizadora de perfumes, esencia para masajes, sustancia de uso litĆŗrgico e, incluso, elemento simbólico para la coronación de reyes –el ungimiento en aceite de oliva como sĆ­mbolo de majestad-.

Es a través de estas vías de penetración comerciales -primero fenicias y griegas y luego asimiladas al Imperio romano- por donde el aceite de oliva alcanza la península Ibérica. Gracias a las bondades del clima local y las características geológicas de sus suelos, el aceite de oliva de la provincia Bética -mÔs o menos la actual Andalucía-, obtendrÔ una notoria celebridad. Es el principio de una tradición que se prorrogarÔ en la Edad Media, durante el dominio andalusí, si bien la escasez del producto derivarÔ en su empleo como apreciado material de trueque.

El descubrimiento de tierras americanas, donde el olivo era una especie inexistente, ofreció un nuevo mundo para la exportación del Ôrbol y de los alimentos a él asociados. Las regiones californianas, dotadas de unas condiciones climatológicas mÔs similares a las del entorno mediterrÔneo, se convertirían con el paso del tiempo en el principal foco aceitero al otro lado del AtlÔntico.

Con la paulatina pĆ©rdida de su preeminencia como combustible para la iluminación, apuntillado por la generalización de la electricidad, el aceite de oliva verĆ” reducido su empleo al sector alimentario, ya sea como base para la cocina de guisos y frituras, como ingrediente en recetas variadas o como aliƱo aromĆ”tico. La generación de conciencia cientĆ­fica y ciudadana sobre los beneficios de una nutrición saludable y el reconocimiento de las virtudes de la dieta mediterrĆ”nea –por ejemplo, diversos estudios estiman que una dieta equilibrada de caracterĆ­sticas mediterrĆ”neas enriquecida con el empleo de aceite de oliva divide entre tres las probabilidades sufrir infartos cardiovasculares e ictus- le convertirĆ” en un producto apreciado en la gastronomĆ­a gourmet y la alta cocina, lo que a su vez derivarĆ” en un estricto control de calidad, la definición de categorĆ­as de denominación de origen y la protección de su comercio a nivel nacional e internacional.

Entre sus propiedades mejor valoradas se encuentran su cultivo tradicional respetuoso con el medioambiente, ejecutado mediante procedimientos mecĆ”nicos en exclusiva, su alto aporte vitamĆ­nico (vitaminas A, D y E), su gran suavidad y tolerancia en la digestión, su alto poder nutritivo en contraste con su baja incidencia en la generación de obesidad o de acumulaciones de colesterol en el sistema cardiovascular, su capacidad de reutilización prolongada que incrementa su rendimiento económico, su excelente sabor como complemento de platos ligeros y saludables (ensaladas, pescados y carnes a la plancha, salsas…), su aptitud para la fritura gracias a que puede alcanzar temperaturas superiores a los 180 grados centĆ­grados, la presencia del beneficioso Ć”cido oleico entre sus componentes, indicado para el adecuado crecimiento óseo, el desarrollo del cerebro y el cuidado del sistema nervioso.

 A pesar de tratarse de un alimento esencialmente mediterrÔneo, su consumo como bien de lujo comienza a incrementarse en países populosos y de elevado poder adquisitivo como China, Rusia, Brasil o Japón, principales receptores de las exportaciones de España e Italia, cabezas del mercado productor de aceite de oliva.

Según datos del informe elaborado por el Centro Internacional de Excelencia para el Aceite de Oliva de GEA Westfalia Separator Ibérica, durante la temporada aceitera de los años 2013 y 2014, el volumen mundial de producción de aceite superarÔ los 2.700.000 litros. El liderato de España en el sector salta a la vista: a ella le corresponde el lanzamiento del 50 por ciento de la producción total de zumo de oliva. A ello hay que sumar el aceite embotellado y exportado por otros países de la Unión Europea como Francia e Italia, también originario de la piel de toro y adquirido a granel para su procesamiento y etiquetado. Andalucía, tierra de tradición olivarera, es la responsable de lanzar al mercado 1.350.000 toneladas, un 120 por ciento mÔs que en la campaña anterior, cuyos malos resultados de cosecha, afectados por las condiciones meteorológicas desfavorables, derivaron en un ligero repunte del precio del aceite.

Estas escasas 615.000 toneladas de la campaña 2012-2013 y los altos precios ligados a tal carestía tuvieron como consecuencia una mayor dependencia de los mercados exteriores, los cuales contribuye de manera decisiva al sostenimiento de un mercado anclado en una perpetua crisis que, desde 2008, languidece aún mÔs a causa de la caída del consumo interior por la incidencia de la depresión económica y, según los organismos agrarios como la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), también debido a la inacción de los mecanismos de regulación de la competencia comercial, a los que acusan de consentir impunemente el desarrollo de estrategias de comercialización ilegales, entre ellas el uso por parte de los grandes grupos distribuidores de reclamos como la venta a un precio inferior al coste del producto.

No obstante, el desarrollo y la exploración de horizontes de mercado y herramientas de marketing basadas en las últimas innovaciones tecnologías como la compra de aceite de oliva online sin intermediarios, con un trato directo entre el cliente y la productora oleícola, ayudan a aplacar los posibles vaivenes de esta irregular demanda.

En este capítulo, es significativo el incremento de la venta de aceite de oliva en el mercado Chino, superior al veinticinco por ciento y en el que el producto español copa una cuota de casi el sesenta por ciento de las importaciones globales. Idénticos datos mercantiles arroja Japón y ya un tanto mÔs atemperados Brasil (18,84 por ciento) y Rusia (13 por ciento).

Scroll al inicio