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Un taller para mi coche

Para muchos, un coche o moto, puede ser como hijo al que cuidar y mimar con celo. Para otros, es solo un medio de transporte que les facilita la vida. Con independencia de que tipo de conductor o, conductora, seas o del tipo de vehículo que pilotes, lo que si es obligado es llevarle de vez en cuando a su revisión. Como si de un bebé se tratara o un cachorrete que acabamos de adoptar, nuestro vehículo a motor, necesita de la atención de un profesional que entienda y atienda sus necesidades.  

Talleres hay de todo tipo, más grandes, más chicos, de barrio, de chapa y pintura, de motor… Cada vez hay más tipos de talleres que, como Talleres Paiz, se especializan en marcas concretas, en este caso, BMW. Esto no quiere decir que no sepan de otros coches, por supuesto que sí. Sin embargo, con este tipo de talleres especializados en marcas concretas, te garantizas un servicio como si fueras al servicio técnico oficial. Esto, nos lleva a la siguiente cuestión: ¿Qué es mejor un taller oficial o uno independiente? Aquí no vamos a decir que para gustos los colores o según tus gustos y necesidades. Las diferencias entre uno y otro pueden resultar, en según que caso y momento, cruciales.  

Si eres un conductor de esos que miman a su coche como si de un hijo se tratará, lo más probable es que ya sepas todo lo necesario al respecto. Hayas elegido el taller antes de tener al “niño”, sepas cuando le toca cada revisión, los kilómetros que te faltan para cambiar el aceite, etc., etc. Si eres de los que tiene coche porque es una forma de facilitarse la existencia, es posible que tengáis algunas dudas al respecto. Puede que optéis siempre por el servicio técnico oficial por lo que pueda pasar o que paséis del asunto y os venga bien cualquier taller.  

En cualquier caso, en este post, vamos a hablar sobre eso, que es mejor para el vehículo o cuando es necesario acudir al servicio oficial o es factible un taller que nos inspire confianza.  

Oficial o multimarca 

Oficial, multimarca… he aquí el dilema. Los entendidos, es decir los que saben de coches y estas cosas, aseguran que cada uno tiene una serie de ventajas y de inconvenientes. Por norma generalizada, los talleres oficiales, suelen aplicar tarifas más altas que los talleres de toda la vida o los multimarca. Aun así, ojo al dato y atención a la cuestión, esto no implica que necesariamente, sea más económica cualquier alternativa. En determinadas ocasiones, es más factible y recomendable, acudir al taller oficial. Esto tiene una explicación muy lógica: nadie conoce a sus cachorros mejor que un padre. Lo que viene a pasar con los talleres oficiales es que conocen al dedillo las averías de sus vehículos.  

Tal vez cueste creerlo, pero muchas de las averías que sufren los coches, son endémicas (como una enfermedad) y propias de cada modelo en concreto. En estos casos, los servicios oficiales, llevan mucha carrera por delante y sus empleados, están especializados y familiarizados con esos elementos específicos y su montaje. Hay que decir que cada marca tiene sus pormenores y como sucede con otros artes y oficios, cada maestrillo, tiene su librillo. Este factor, constituye una ventaja que hay que considerar. 

Puede que la mano de obra sea más cara, no lo vamos a negar, pero el que vayan a tiro fijo y sepan donde esta el problema y como solucionarlo, ahorra tiempo. Mientras que, en un taller independiente, pueden estar demasiado tiempo buscando el problema y averiguando su solución.  

Otro aspecto relevante que muchas veces pasamos por alto es el hecho de que a veces, los recambios y los costes de mantenimiento, no varían tanto como parece. En cambio, puede darse el caso de que resulte más económico adquirir un recambio oficial que uno de la competencia.  

A favor de los talleres multimarca, podemos encontrar que algunos, estén mas especializados que muchos de los oficiales. Tanto es así que no tardaremos en encontrar verdaderas especializaciones en lo que a talleres respecta.  

Si tenemos en cuenta que los automóviles actuales son cada vez más complicados, resulta lógico comprender que es imposible dominar todas las tecnologías que lleva en su interior. Razón de más para que se de esa extrema y necesaria especialización. Como muestra un botón: si falla una caja de cambios automáticas, es más probable que un taller especializado sepa mejor cual es el problema que el propio servicio oficial. Sobre todo, cuando se trata de marcas que montan componentes en sus coches que, proceden de otros fabricantes. 

Un claro ejemplo lo encontramos en el campo de los coches eléctrico e híbridos, puesto que las ventas todavía no suponen un volumen suficiente como para que los multimarca se especialicen como corresponde, lo mejor es acudir siempre al taller oficial.  

Pros y contras de un servicio oficial 

Vamos a centrarnos en los pros y contras de un servicio oficial para ayudar a quien lo necesite, a decidirse entre uno y otro.  

Empezando por que en un taller oficial disponen de todo lo que necesitan para realizar el trabajo convenientemente, aunque luego no lo hagan que todo hay que decirlo. El lugar idóneo en cuanto a material, herramientas, manuales, equipos de diagnosis e información precisa sobre los problemas y sus soluciones, no es otro que el taller oficial.  

Obviamente, en un taller oficial siempre utilizaran recambios originales. Disponen de todas las piezas necesarias para que el vehículo quede como debe, por lo que no vas a encontrar desperfectos en tu coche por falta de algún componente concreto.  

También hay que recordar que no se pierde la garantía. De hecho es más que conveniente acudir al servicio oficial cuando se trata de un coche nuevo que dispone de garantía. Aunque en la actualidad, la ley permite que se puedan realizar las reparaciones en cualquier taller autorizado sin que se pierda la garantía, en la práctica, hay que demostrar que se ha hecho de la forma correcta.  

Como ya hemos mencionado, nadie conoce mejor a su cachorro que quien lo creo. Los fallos endémicos que, se repiten en los mismos modelos una y otra vez, son detectados antes que nada por la red oficial que se encarga de formar a su personal para que sepan como tratar cada problema. Esto nos lleva a la formación que reciben los trabajadores que viene directamente de los creadores.  

En contra, pues encontramos algunos aspectos que también hay que valorar. El primero de ellos, la mano de obra. Las marcas imponen uno estándares a los concesionarios haciendo que se disparen los costes operativos. Cuentan con un stock mínimo de recambios, un suelo de baldosas corporativas, equipos de diagnosis oficial y herramientas específicas, entre otras cosas más vánales. Todo esto, tiene su precio, claro. Hay que amortizar y, para eso, esta el cliente que tiene que pagar un sobrecoste.  

Tienen una obligación de usar recambios oficiales y componentes de marcas con las que tienen acuerdos. Razón por la que utilizan las marcas que recomiendan utilizar, haciendo creer a los clientes que si no usan esas marcas en concreto, el coche no funcionara. Es el caso del aceite o el líquido de frenos, por ejemplo.  

No suelen encontrarse cerca. Debido a las características de los locales, los talleres oficiales, suelen ubicarse en las afueras, al contrario de lo que sucede con los talleres de toda la vida.  

Otro punto en contra, es la mayor rotación de personal. En los concesionarios, se mima más a los comerciales que a los mecánicos, por lo que estos, suelen abandonar el nido. Por ello, en muchas ocasiones, los talleres oficiales no cuentan con personal tan cualificado y experimentado como debería. Estos profesionales, suelen emigrar a los talleres multimarca donde su experiencia y conocimientos, están más valorados.  

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, lo más conveniente es no acudir siempre a uno u otro tipo de taller. La mejor opción es sopesar cual es el motivo de la visita al taller y, en función de ello, decidir cual es la mejor opción. Por ejemplo, para el caso de revisiones y mantenimiento, alineados de la dirección o cambios de aceite, lo más probable es que salga más cuenta ir a un taller de toda la vida. Eso sí, pide presupuestos, busca, compara y si encuentras algo mejor… cómpralo. 

Ahora bien, si nos encontramos ante fallos electrónicos, sobre todo en coches más modernos que son totalmente electrónicos y si falla una luz, falla todo el coche, lo mejor es acudir al servicio oficial. Ellos saben de antemano los posibles problemas que puede presentar cada modelo y están más capacitados para resolverlos con la mayor celeridad posible.  

No obstante, como si se tratara de tu hijo o tu perrete y tuvieras que buscar su pediatra o veterinario, a la hora de elegir un taller para tu coche, lo mejor es decidirte por aquel que te brinde más confianza. Si el mecánico en cuestión te proporciona la confianza necesaria como para saber que no va a tomarte el pelo, ni cobrarte de más por un trabajo, el mismo será quien te derive al servicio oficial de ser necesario.  

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