Si de algo podemos estar contentos en EspaƱa es de haber creado la siesta. Una costumbre que consiste en descansar algunos minutos, los expertos dicen que entre veinte y treinta, por lo general, pero puede llegar a durar un par de horas, despuĆ©s de haber comido, entablando un corto sueƱo con el propósito de reunir energĆas para el resto de la jornada. Sin duda, el mejor invento. Pero para llevarlo a cabo lo mejor es tener una buena cama para hacerlo. Yo en ese caso compro mis muebles en la tienda online http://www.circulomuebles.es/. Un gran acierto.
Pero volviendo a la siesta. No se trata solamente de una costumbre española, sino que también tiene su explicación biológica. Vamos que no es un invento nuestro para escaquearnos de recoger la mesa o para evitar estar de charla con la suegra.
Es una consecuencia natural del descenso de la sangre despuĆ©s de la comida desde el el sistema nervioso hasta el digestivo, lo que provocaba una consiguiente somnolencia. Teniendo en cuenta lo copiosas que suelen ser las comidas espaƱolas, otro aspecto en lo que somos los nĆŗmeros 1, frente a otras rutinas y regĆmenes alimenticios europeos que distribuyen las comidas abundantes mĆ”s hacia el principio de la jornada, y a la propia cronobiologĆa: independientemente de haber comido o no, la depresión postprandial es un elemento que surge tras aproximadamente ocho horas tras el despertar. Esto es debido al horario que tenemos en EspaƱa, que siempre estĆ” en boca de todos para modificarlo.
EstĆ” demostrado cientĆficamente que una siesta de no mĆ”s de 30 minutos, yo no recomiendo mĆ”s tiempo porque puede trastocar el reloj biológico natural y causar insomnio por la noche, mejora la salud en general y la circulación sanguĆnea y previene el agobio, la presión o el estrĆ©s.
Yo la verdad es que soy muy fan de la siesta. Y desde que me fui a vivir solo mĆ”s aĆŗn. Como y de ahĆ a la cama que comprĆ© en CĆrculo Muebles. Luego voy con muchas mĆ”s ganas a currar. Eso sĆ, me tengo que poner despertador, porque un dĆa no me lo puse y me levantĆ© a las 7 de la tarde. Desde ese dĆa, la alarma tambiĆ©n me acompaƱa en mi siesta, creo que junto al chupa chups, el invento espaƱol con mĆ”s talento.
Para estas cosas es mejor tirar de ilustres personajes que han venerado la siesta. Uno de los mĆ”s fans fue Albert Einsten, o Winston Churchill, que aprendió la costumbre en Cuba, fue un entusiasta cultivador de la misma, con la consecuencia inesperada de que sus colaboradores quedaban rendidos cuando le veĆan a Ć©l tan fresco a las dos de la madrugada durante la Segunda Guerra Mundial. Y luego estĆ” Camilo JosĆ© Cela, el ilustre escritor gallego que ganó el premio Nobel, que con su sarcasmo habitual, ensalzó la siesta y decĆa que la hacĆa Ā«con pijama, Padrenuestro y orinalĀ». ĀæY tĆŗ como lo haces?
Para terminar, vamos con una frase que resume bien lo que es esta costumbre hispana. āAquella siesta que se duerme antes de comer se conoce como siesta del carnero o siesta borreguera. En ocasiones se le llama siesta del burro/aĀ» o Ā«siesta del pajaroĀ». Ā«En invierno al humero imitador y en verano la siesta del carneroĀ».