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Nuestro azulejo

Fuera de nuestras fronteras, además de paella, flamenco y tapas, se nos conoce por otras muchas cosas, desde tradiciones hasta productos que son “made in Spain” y que forman parte de nuestra insignia. La mayoría de ellos son conocidos por todo nosotros pero hay algo que a otros tantos se nos escapa, la cerámica. Aunque no parezca algo demasiado característico de nuestra cultura sí es algo que puede caracterizarnos pues, en algunos círculos extranjeros, algunas piezas cerámicas españolas son consideradas un valioso arte, tanto para el diseño como para la decoración.

Actualmente, por ejemplo, está muy de moda todo el tema “vintage” y, en parte debido a ello y en parte porque jamás ha dejado de ser tendencia, los patios andaluces están pegando más fuerte que nunca. Lógicamente, si pensamos en ellos se nos viene a la mente un patio central con pareces blancas, arcos tradicionales, muchas plantas con geranios , por supuesto, el azulejo cerámico vintage que ahora tan de moda está y que siempre ha estado presente en las casas y masías más tradicionales

Muchas familias, de hecho, están utilizando este tipo de azulejo para reformar cocinas y baños además de patios exteriores y por eso, casi todas las grandes fábricas cuentan ya con una líneas de estas características. En Cerámica para Arquitectura nos cuentan que la demanda es tan grande que han ampliado notablemente la producción de su línea más clásica  y además, añaden, que han notado cómo muchos de sus compradores están optando por instalar ellos mismos los azulejos, por lo que la venta de material especializado también se ha incrementado. En Nivelación Cerámica afirman que, aunque antes su cliente final era, mayoritariamente, el profesional del sector, ahora el porcentaje de profesionales y particulares que compran sus productos se ha igualado notablemente.

La cerámica arquitectónica

En España, la cerámica arquitectónica tiene un papel muy importante tanto en funciones estructurales como decorativas e higiénicas. El gran protagonista es, sin duda alguna, el azulejo, cuya introducción en nuestro país vino de mano de los árabes y mozárabes, de ahí que algunos de nuestros diseños tengan ahora tanta influencia de su cultura. De hecho, desde su introducción, su uso en exteriores fue adquiriendo protagonismo y, en los interiores, las piezas monocromáticas se emplearon como revestimiento de sueños y azulejería pintada como decoración.

Sin embargo, no fue hasta el siglo XVI cuando las importaciones de baldosas sevillanas de cuerda seca y arista desplazaron, poco a poco, a la antigua cerámica, dando lugar así a los típicos azulejos que hoy en día vemos en casi todo patio andaluz. Así, la azulejería se convirtió en el aspecto más importante de la cerámica.

Tampoco debemos olvidar que fueron los modelos italianos los que introdujeron la baldosa policroma con relieve, una característica que luego se adoptó aquí como propia. Así, las recreaciones suntuosas y decorativas para las iglesias, casas señoriales, calles y edificios empezaron a ser muy apreciadas por toda la ciudadanía.

El azulejo en el S.XX y XXI

Lógicamente, como en todo, el neoclasicismo y el romanticismo fueron dos movimientos que compartieron espacio con el modernismo a principios del siglo XX y de ahí que el típico azulejo español, que recordaba en parte al azulejo árabe, fue quedando relegado por motivo de las modas. En otras palabras, que aunque ahora vuelva a ser tendencia todo lo “Vintage” y lo “andaluz”, hubo un momento en el que más bien eran cosas de segunda.

Ahora bien, toda moda vuelve, retorna, o al menos eso dicen muchos diseñadores que deciden recrear tiempos pasados en sus creaciones, ya sean de alta costura, de diseño de interiores e incluso de creación de pasteles. En la época en la que nos movemos, cualquier sector tiene su tendencia, y por supuesto también cualquier industria.

Por último creo que es importante señalar que el actual azulejo español, típico y conocido en casi todo el mundo occidental, tiene como origen al azulejo mudéjar o hispano-morisco, por lo que no es de extrañar que esas figuras geométricas y vegetales representadas en sus dibujos recuerden al arte árabe en toda su plenitud, y de hecho, los tonos cromáticos más utilizados se obtienen siempre a partir de óxidos, tal y como se hacía hace siglos, dando como resultados colores tan conocidos por todos nosotros como el cobalto (azul), cobre(verde), manganeso(castaño y negro), hierro(amarillo) o estaño(blanco).

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