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Nuestra EspaƱa emigrante

Hoy en día tenemos a españoles esparcidos por todo el mundo pero no es algo nuevo y todos deberíamos saberlo. ¿Significa eso que estÔ bien? Pues depende de cómo se mire porque si lo que quería el español era emigrar y lo ha conseguido estÔ genial, ahora bien, si lo que quería era quedarse aquí ya no lo estÔ tanto ¿verdad? Sin embargo, podríamos decir que eso de emigrar es ya toda una tradición. Y no sólo fuera de nuestras fronteras. En mi trabajo me cambian de departamento pero tengo que irme a Segovia o a Denia, aún no estÔ claro, y para mí dejar mi Valencia natal es como emigrar lejos. No quiero.

He estado mirando pisos en ambos sitios y me he puesto en contacto con segohouse.com e inmoden.com y por el precio de las viviendas casi prefiero Segovia porque eso de tener la playa al lado encarece el metro cuadrado que no veas, ahora, que también es un puntazo ¿no?

Se supone que he de irme en menos de dos meses y aún no me han dicho claramente cuÔl es mi destino final pero yo no quiero ni Denia ni Segovia, yo quiero quedarme donde estoy. Ni ascensos ni porras, pero no estÔ en mi mano esa decisión si quiero seguir trabajando en mi empresa, así que me toca callar y acatar órdenes, así de simple.

Todo esto me ha hecho pensar en las personas que emigraron antes y emigran ahora, en busca de empleo, huyendo de la guerra y por problemas personales. Miramos a veces a inmigrantes de otros paƭses por encima del hombro cuando nosotros llevamos haciendo esto durante siglos. El espaƱol es y ha sido inmigrante y quien no quiera ver esto es que no abre los ojos.

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España: de tradición emigrante

Antes de la guerra miles de personas emigraron a SudamĆ©rica buscando un hogar donde poder crear familia, trabajo, y una vida digna. Durante la guerra, los padres asustados mandaban lejos a sus hijos, niƱos olvidados en Alemania, Francia, Inglaterra…. Otros, al acabar la guerra, huyeron despavoridos por miedo a las represalias de Franco contra los que habĆ­an pertenecido al bando republicano, rojo, izquierdista o como querĆ”is llamarlo, y ahora muchos han emigrado y siguen haciĆ©ndolo en busca de empleo y un sueldo digno para ellos y sus familias. Y sólo me he ido hacia atrĆ”s en el tiempo hasta principios del S.XX, pensad en todos los emigrantes que hemos tenido si seguimos echando hacia atrĆ”s la lĆ­nea del tiempo.

Obviamente irme a Segovia a vivir no es emigrar, y mucho menos si acabo en Denia que estÔ a un tiro de piedra de Valencia, pero aun así, para mí, es permanecer lejos de mi casa, de mi familia, de mi gente, de las calles que conozco y de los sitios que regento, y no me gusta, no quiero, no es lo que he deseado nunca y por eso, al verme ahora así, pienso en las personas que emigran lejos y en los inmigrantes que vienen. España es de tradición emigrante y deberíamos ser mÔs considerados con los que buscan refugio en nuestro país porque lejos de diferencias en la piel, en los rasgos o en idioma, todos buscamos lo mismo: paz y una vida mejor.

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