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La importancia del embalaje

Fruto del marketing, la publicidad y el diseño, encontramos el packaging. Este arte que entremezcla estos campos del mundo comercial, es el reclamo de las marcas al cliente. Contar con un buen diseño en el embalaje de los productos, es fundamental para atraer al cliente potencial. Aunque lo que cuenta es el interior, el envoltorio es lo primero en lo que nos vamos a fijar. Un embalaje diferente, llamativo y sugerente, atrae.

Los profesionales del sector del packaging de Empacke, nos han contando algunos de los aspectos que engloba esta ciencia (si, es toda una ciencia) y lo que conlleva un buen diseño de packaging.

Definiendo el packaging como el envoltorio que se pone a los productos para protegerlos de los posibles daños que puedan sufrir durante el transporte y almacenamiento. Un buen packaging, mantiene en perfectas condiciones las cualidades del producto a la vez que, ayuda al marketing, haciendo que este se pueda identificar, describir y promocionar.

Del mismo modo que existen diferentes tipos de productos, existen diferentes tipos de packaging. Para que nos entendamos, los líquidos se introducen en botellas y los productos sólidos, se envuelven. Envase y packaging, significan lo mismo por lo que pueden utilizarse los términos indistintamente, aunque packaging, suena más chic.

El uso del embalaje no es algo moderno. Ya en la Edad Media, los vendedores envolvían las verduras y especias en papel. Con el paso del tiempo, fueron utilizándose distintos materiales como las cajas de madera o las cestas de junco. En el siglo XIX es cuando empieza a utilizarse el cartón para fabricar cajas y a utilizarse las mismas como packaging.

Cabe diferenciarlo del packing, pues siendo similares conceptos, cada uno se utiliza en un punto del proceso. Siendo el packaging el embalaje utilizado para los productos en contacto directo, y el packing, se refiere a los embalajes donde se empaquetan los productos. Es decir, cuando recibimos un pedido, el producto que recibimos cuenta con su caja (packaging) que llega en otra caja (packing). La finalidad de este últimos es su tránsito logístico y su almacenamiento.

El packaging tiene sus funciones

Todo en esta vida tiene su finalidad y el packaging no podía ser menos. Con independencia de la asociación directa que podamos hacer con el marketing, las funciones del envase y su diseño, son variadas.

Cumple en primera instancia la misión de proteger y preservar los productos. Básicamente, esta es la función primera. Simple y llanamente, proteger el producto y preservarlo desde su creación hasta que llega al consumidor. En este aspecto, hay que tener en cuenta que la mayoría de los daños que puede sufrir un producto, se dan durante todo el proceso de distribución. Los productos dañados tienen que ser reemplazados lo que resulta contraproducente para la economía empresarial, por lo que es mejor, contar con un buen envase.

Contener y agrupar muchos productos que deben ser contenidos antes de su transporte. El packaging, implica que puedan agruparse mas unidades en un mismo envase. Por poner un ejemplo, es más fácil mover mil bolas pequeñas en una bolsa que una a una.

Otra de sus funciones, es la más evidente: comunicar. Ahí reside la esencia del packaging, comunicar al cliente lo que el fabricante, vende. Utilizar símbolos entendibles a nivel mundial, traducir la información del envase al idioma de cada país, así como informar sobre las funcionalidades del producto, la cantidad, el precio, lote, caducidad, etc. Todo esto, es packaging.

Cuando un producto cuenta con un envase y embalaje, adecuado, requiere menos espacio de almacenaje. Facilitar esto, es función del packaging. Además, hacerlo bien, contribuye a disminuir los costes de logística y envasado. También tiene que ser un envase fácil de abrir, ya que en caso de devolución es mejor que el envoltorio no haya sufrido daños.

Activa el marketing y facilita que este sea posible. Un profesional del marketing, desarrollará y diseñará un packaging con un diseño acorde al producto. Con ello, promociona los mismos de cara al cliente. Forma, color, tamaños, apariencia, son factores relevantes en la ecuación que ha de elaborar el publicista para llamar la atención.

Permite el control de las dosis o raciones. Sobre todo, en sectores como el farmacéutico y médico, donde el control de las dosis debe ser estricto de cara al consumidor.

Beneficios de un buen packaging

Un producto debe tener un envase, no queda más remedio. Este envase puede ser un mero envase o un buen envase. Un buen packaging es el que cumple con todas sus funciones básicas y, además, las explota para contribuir a mejorar la misión de la empresa: vender su producto.

Si el producto cuenta con un buen packaging, el branding o identidad de la marca, se define solo. Un buen envase, debe dejar muy claro el tipo de marca que define al producto. Entra en juego la primera impresión, además de reflejar la consistencia identificativa de una marca en particular.

Incrementa el valor percibido por el consumidor. Un packaging bien diseñado puede lograr que un comprador perciba que el producto tiene más valor que si se vende en un envase normal. Un claro ejemplo de este aspecto es la venta de un postre lácteo, en envase de plástico parecerá de menor calidad que si se comercializa en uno de vidrio que aporta mayor elegancia y parece de mayor calidad. Esto nos lleva a la elección adecuada del material para el packaging.

Un buen packaging, va a destacar el producto sobre todos los de su categoría. Genera atención y destaca sobre la competencia. Hacerlo llamativo es crucial y a su vez, va a proteger el producto durante el curso de su vida logística.

Para alcanzar los mejores resultados, es indispensable contar con el material más adecuado para cada producto. De poco va a servir contar con un excelente diseño si se envasa en un material poco adecuado. Cada material aporta un valor al producto, pero utilizado de forma inconveniente puede producir el efecto contrario.

Ya sabemos un poco más sobre este interesante mundo del embalaje y su diseño. Aunque es evidente que todos conocemos el objetivo final de un buen packaging y son muchas las ocasiones, en las que caemos rendidos a sus pies.

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