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El negocio de la abogacía

Hacerse abogado en España es una tradición. No por vocación propia o por a los españoles nos gusten las leyes que, evidentemente no es así. Si porque se trata de una carrera que aunque requiere dedicación y estudio, ofrece incontables salidas profesionales. Aunque la vocación es esencial para desempeñar cualquier trabajo como es debido (con ganas y entusiasmo, entre otras cosas), en el mundo jurídico basta con tener un poco de intención y gusto por aprender cuestiones legales. Hincar codos es el mayor requisito para sacarte la carrera en el peor de los casos. No obstante, lo habitual es encontrarse con profesionales como VCM abogado penalista, experto en derecho penal y orientado a la excelencia y la satisfacción del cliente.

No es lo mismo contar con un abogado que con un buen abogado. El primero velará por tus intereses en su justa medida; el segundo procurará que se haga justicia en tu interés. Hay abogados que te atienden sin dar mayor importancia a tus asuntos y hay abogados que dan toda la importancia a cualquier asunto legal por nimio que pueda resultar. Todos sabemos que la mayoría de los abogados, se hacen abogados porque es un negocio que proporciona buenos ingresos, eso quiere decir que para sacarte el dinero tendrán que hacer bien su trabajo, pues de lo contrario, nadie querrá contratar sus servicios. Por lo tanto, a pesar de que se trate de una carrera que no requiera de una gran vocación si requiere de talento y dedicación.

Así que vamos a aprovechar este post para hablar sobre los bufetes de abogados y todo lo necesario para trabajar en ellos. Como ya hemos comentado, el derecho ofrece diversas oportunidades laborales y, puesto que trabajar en un bufete es una de las más demandadas vamos a centrarnos esta salida laboral en particular.

Antes de entrar en materia, matizar que un bufete, despacho de abogados o estudio jurídico, son el mismo tipo de negocio y entre ellos no existe mayor diferencia que la implícita en la propia denominación.

Que es un bufete de abogados

Como decíamos anteriormente, podemos denominarlo como bufete o despacho de abogados e incluso estudio jurídico y se trata de una modalidad del derecho que se basa en ofrecer servicios jurídicos. Consiste en una empresa que ofrece a sus clientes servicios jurídicos mediante un grupo de abogados o letrados que integran y componen la compañía.

El trabajo de un despacho de abogados, no es otro que el de resolver situaciones teniendo en cuenta el marco legal del país en el que se ejerza, su constitución y sus leyes. Cada uno de los abogados o abogadas que forman parte del bufete, posee una especialización concreta para asesorar y brindar sus servicios a los diferentes clientes. El derecho cuenta con numerosas ramas por lo que es posible encontrar bufetes especializados en una o varias de ellas. Las más solicitadas y habituales son los servicios jurídicos relacionados con los derechos humanos, el derecho laboral, fiscal, abogados de familia para los divorcios y las herencias, derecho administrativo, corporativo, penal, mercantil o inmobiliario.

No obstante, las funciones de un bufete de abogados no se quedan meramente en el asesoramiento de sus clientes en cuestiones jurídicas. Los abogados que tengan la intención de pasar a formar parte de un despacho de abogados debe ser capaces de realizar una serie de actividades como las que vamos a citar a continuación:

  • Recopilar toda la información necesaria sobre los casos que va a llevar.
  • Estudiar y analizar las leyes y legislación aplicables en cada caso.
  • Llevar la defensa de los clientes en los tribunales.
  • Redactar y revisar todo tipo de documentos jurídicos.
  • Representar a los clientes en las audiencias y diligencias que corresponda.
  • Explicar a los clientes de forma clara, sencilla y comprensible los conceptos jurídicos que no sean capaces de entender.

Estas tareas son básicas y comunes a todo tipo de procedimiento judicial para el que sea contratado el servicio de un abogado. Cabe señalar que en un bufete de abogados, el trabajo se hace en equipo puesto que los bufetes o despachos de abogados se componen de un gran número de profesionales especializados en asuntos concretos. Por lo que es indispensable que los abogados del bufete reciban asesoramiento unos de otros, si es necesario.

También es necesario tener conocimiento de la organización del bufete de abogados y sobre la estructura jerárquica. Esta última va en función de la especialización del bufete y sus abogados, así como del volumen de clientes y, sobre todo se basa en la experiencia de cada uno de los trabajadores.

De tal manera que en la base de la estructura jerárquica encontramos a los abogados más jóvenes, conocidos como colaboradores o asociados. Aunque tienen menor experiencia, se encargan de los casos más pequeños. Cuando llevan en el bufete cuatro o cinco años trabajando, se les asciende y pasan a convertirse en asociados sénior.

En la parte superior a estos, se encuentran los letrados que son socios del bufete y en la parte superior, los socios sénior. Este tipo de estructura, permite establecer una mejor comunicación entre los abogados y facilita la supervisión y el rendimiento del bufete.

Qué hacer para trabajar en un bufete de abogados

Teniendo claro el concepto de bufete, las funciones que en el mismo se realizan y cuál es su estructura jerárquica, vamos a explicar lo que hay que hacer para trabajar en uno de ellos.

En primer lugar, tan obvio que no debería ni decirse, es graduarse en derecho. Es tan indispensable como fundamental sacarse la carrera de derecho. Formar parte de un bufete de abogados no es tan fácil como pueda parecer, por lo que los conocimientos específicos y especializados, junto con la experiencia son muy valorados en el mundo del derecho. Por esta razón y porque si no, no es posible ejercer, hay que estudiar un grado en derecho, o alguna doble titulación que lo incluya.

Realizar un master de acceso a la abogacía es lo siguiente y, aunque no es necesario haberlo terminado para incorporarse a trabajar en un bufete, es fundamental hacerlo y asegurarse de que esté acreditado por la Secretaría de Estado de Justicia y por la Secretaría General de Universidades. Este máster es indispensable para poder colegiarse en cualquiera de los Colegios de Abogados del país.

Por último, hay que hacerse un buen currículum vitae y enviarlo a los despachos que sean de interés particular. Evidentemente hay que ponerse en contacto con los bufetes de abogados correspondientes y para ello, lo más habitual es enviar el CV al departamento de recursos humanos del bufete en cuestión. Es aconsejable acceder a sus páginas web y empaparse de la información que en ella ofrecen, pues a la hora de afrontar una entrevista de trabajo, es positivo conocer los valores y objetivos que tiene la empresa.

Como ya decimos, la preparación académica es esencial para poder acceder al mundo laboral de la abogacía. Sin embargo, existen una serie de cualidades que también son importantes a la hora de ejercer y facilitar que la candidatura destaque sobre otras, además de ofrecer un mejor rendimiento en el trabajo. Algunas de las más importantes son:

  • La vocación, aunque como ya hemos dicho antes no es algo tan trascendental como en otras profesiones, las personas que sienten mayor motivación y vocación por el derecho, trabajaran de manera que siempre den el máximo.
  • Los idiomas son otro factor importante. Cada vez es más habitual que los bufetes requieran a sus abogados que dominen al menos un idioma más, a ser posible el inglés.
  • Poseer buenas dotes de comunicación es otro de los factores más importantes para ser un buen abogado. Cualquier buen abogado o abogada, debe ser capaz de dominar a la perfección la comunicación, tanto oral como escrita, así como la comunicación verbal y la no verbal.
  • Ser capaz de asumir desafíos, pues en el mundo del derecho existe la posibilidad de enfrentarse a todo tipo de casos y situaciones en las que el abogado se vea en la necesidad de gestionar conflictos. Razón por la que es mejor contar con capacidades resolutivas.

En lo que respecta al sueldo, aunque tengamos esa idea preconcebida de que un abogado cobra una gran cantidad de dinero, no es así. La media de un asalariado junior en un bufete, ronda los veintidós mil euros anuales. Cabe señalar que en el salario influyen directamente otros factores como la experiencia, la ubicación geográfica y la empresa o industria a la que se pertenezca.

Por lo que trabajar en un bufete de abogados puede ofrecer una cierta estabilidad y una serie de ventajas como la de tener compañeros de otras ramas que pueden ayudar y colaborar en caso de necesidad. Por otro lado, en contra está la menor independencia para elegir los trabajos y la jerarquía en la que siempre habrá un jefe que determinará en qué casos se trabaja.

En cualquiera de los casos, si te gustan las leyes, lo mejor es convertirse en abogado, pues se trata de una carrera con infinidad de salidas laborales que no exclusivamente implican pertenecer a un bufete.

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