El suelo radiante, también llamado paramento radiante o losa radiante, está ganando popularidad como una opción cada vez más preferida para la calefacción y refrigeración de hogares y espacios comerciales.
Hemos preguntado y nos cuentan los profesionales en instalación de suelo radiante de Pedro Cerdán, que “el suelo radiante / refrescante es un sistema de climatización que funciona mediante la instalación de tuberías colocadas por debajo del suelo, por las cuales circula agua caliente o fría, dependiendo de si se desea calentar o enfriar la estancia. Estas tuberías están conectadas a una caldera o a una bomba de calor, y gracias a la radiación térmica que emite el suelo, se consigue una distribución homogénea de la temperatura en la habitación”.
¿Qué es el suelo radiante?
En esencia, el suelo radiante es un sistema de calefacción que utiliza el suelo como elemento emisor de calor. Una red de tuberías de plástico o cableado eléctrico se instala bajo el pavimento, por donde circula agua caliente a baja temperatura (entre 30°C y 45°C en invierno) o fría (entre 15°C y 20°C en verano). El calor o el frío se transmite desde el suelo al resto de la estancia por radiación, calentando las paredes, los muebles e incluso las personas que se encuentran en la habitación.
Funcionamiento del suelo radiante
El suelo radiante se ha convertido en una opción cada vez más popular para la calefacción y refrigeración de viviendas y locales, gracias a sus numerosas ventajas.
Componentes del suelo radiante
- Origen del calor: la fuente de calor puede variar, desde una caldera de gas hasta una bomba de calor, pasando por opciones como energía renovable, como la biomasa o la solar, e incluso sistemas de geotermia.
- Distribuidor: el colector se encarga de distribuir el agua caliente o fría a las distintas áreas del suelo radiante.
- Tuberías: típicamente de plástico, se colocan debajo del suelo formando una disposición en forma de serpentín.
- Actuadores: los actuadores ajustan el flujo de agua en cada área, lo que facilita un control preciso de la temperatura.
- Termostato: regula la temperatura del agua según los requisitos de cada habitación.
- Aislamiento: el suelo radiante esté colocado sobre una capa de aislamiento adecuada para prevenir la pérdida de calor.
- Pavimento: el pavimento final puede ser de cerámica, piedra natural, madera, moqueta o cualquier otro material compatible con el suelo radiante.
Proceso de transmisión de calor
El calor del agua que circula por las tuberías se transmite al suelo por conducción. El suelo, a su vez, emite calor por radiación, calentando las paredes, los muebles e incluso las personas que se encuentran en la habitación. Este tipo de transmisión de calor, por radiación, es lo que diferencia al suelo radiante de los sistemas tradicionales por convección, donde el aire caliente sube y el aire frío baja, creando corrientes de aire y zonas frías en la estancia.
Factores que influyen en la eficiencia del suelo radiante
- Temperatura del agua: es importante conocer a qué temperatura debe estar para que sea confortable. Lo más recomendable es que se encuentre entre 30°C y 45°C cuando se trata de calefacción. En cambio, entre 15°C y 20°C para refrigeración.
- Diseño de la instalación: cuando se apuesta por este tipo de suelo hay que prestar atención al diseño. Para ello, hay que prestar atención a las tuberías, potencia de forma y otros elementos que permiten distribuir el calor de forma uniforme y con una alta eficiencia energética.
- Aislamiento: contar con una capa de aislamiento adecuada debajo del suelo radiante ayuda a prevenir pérdidas de calor y aumentar la eficiencia del sistema.
- Tipo de pavimento: el material utilizado en el suelo repercute en la eficiencia del suelo radiante.
- Control de la temperatura: un control preciso de la temperatura a través de termostatos y actuadores es crucial para maximizar tanto el confort como la eficiencia energética del sistema de suelo radiante.
Ventajas
Las principales ventajas de elegir un suelo radiante son las siguientes:
- Confort superior. Una de las principales ventajas del suelo radiante es el confort superior que proporciona. El calor se distribuye de manera uniforme por toda la estancia, creando una sensación de calidez agradable y envolvente. No hay zonas frías ni corrientes de aire, lo que resulta ideal para personas con alergias o problemas respiratorios.
A diferencia de los sistemas tradicionales, donde el aire caliente sube y el frío baja, generando zonas frías y corrientes de aire, el suelo radiante calienta las paredes, los muebles e incluso las personas directamente, creando un ambiente homogéneo y confortable.
- Ahorro energético. El sistema de suelo radiante es altamente eficiente desde el punto de vista energético. Al operar a temperaturas bajas (entre 30°C y 45°C para calefacción, y entre 15°C y 20°C para refrigeración), su consumo energético es considerablemente menor en comparación con los sistemas tradicionales. Se estima que este enfoque puede resultar en ahorros de hasta un 30% en la factura energética.
Esta eficiencia se debe a la ausencia de pérdidas por convección, ya que el calor no se calienta el aire directamente, sino que se transmite por radiación a los elementos de la estancia.
- Estético. El suelo radiante se puede instalar bajo cualquier tipo de pavimento, por lo que no resta espacio ni altera la estética de la estancia.
Al estar oculto bajo el suelo, no hay radiadores ni conductos de aire visibles que puedan afectar la decoración del espacio. Esto permite una mayor libertad en el diseño y la decoración de la vivienda.
- Versátil. El sistema de suelo radiante es extremadamente versátil, ya que se puede emplear tanto para calefacción como para refrigeración.
Durante el verano, el agua fría circula a través de las tuberías del suelo, absorbiendo el calor del ambiente y liberándolo al exterior.
Tipos de suelo radiante
Los dos tipos principales de suelo radiante: por agua y eléctrico:
Suelo radiante por agua
El suelo radiante por agua es el tipo más común y utilizado. El agua caliente o fría, proveniente de una caldera, bomba de calor o fuente de energía renovable, circula por una red de tuberías de plástico instaladas bajo el suelo. El calor se transmite al suelo y a los elementos de la estancia por radiación, creando un ambiente confortable y uniforme.
Ventajas del suelo radiante por agua:
- Eficiencia energética: Al funcionar a baja temperatura, el consumo de energía es menor comparado con otros sistemas de calefacción.
- Confort superior: Proporciona una distribución uniforme del calor, sin zonas frías ni corrientes de aire.
- Saludable: No reseca el aire ni levanta polvo, lo que beneficia a personas con alergias o problemas respiratorios.
- Versátil: Se puede utilizar tanto para calefacción como para refrigeración.
- Duradero: Las tuberías de plástico son resistentes y duraderas, con una vida útil de hasta 50 años.
Desventajas del suelo radiante por agua:
- Coste de instalación: La instalación suele ser más costosa que la de otros sistemas de calefacción.
- Tiempo de instalación: El proceso de instalación es más lento que el de otros sistemas.
- Inercia térmica: Tarda más tiempo en calentar o enfriar una estancia que otros sistemas.
- Limitaciones en la reforma: Si se quiere instalar en una vivienda ya construida, es posible que haya que realizar obras importantes.
Suelo radiante eléctrico
El suelo radiante eléctrico utiliza cables eléctricos calefactores instalados bajo el suelo para generar calor. Estos cables se conectan a un termostato que regula la temperatura. El calor se transmite al suelo y a los elementos de la estancia por radiación, creando un ambiente confortable y uniforme.
Ventajas del suelo radiante eléctrico:
- Facilidad de instalación: la instalación es más sencilla y rápida que la del suelo radiante por agua.
- Menos espacio: no requiere una red de tuberías, por lo que ocupa menos espacio.
- Adaptabilidad: se puede instalar en espacios reducidos o con formas irregulares.
- Control preciso: el termostato permite un control preciso de la temperatura.
Desventajas del suelo radiante eléctrico:
- Consumo energético: el consumo de energía puede ser mayor que el del suelo radiante por agua, especialmente si se utiliza para calefacción.
- Coste de instalación: la instalación puede ser más costosa que la de otros sistemas de calefacción eléctrica, como los paneles radiantes.
- Campo electromagnético: los cables eléctricos pueden generar un campo electromagnético, aunque existen cables apantallados que minimizan este efecto.
- Humedad: no es recomendable en zonas con alta humedad.
Elección del tipo de suelo radiante
Al elegir el tipo de suelo radiante adecuado, es importante considerar diversos factores:
- Presupuesto: el suelo radiante por agua suele tener un coste de instalación más elevado que el eléctrico, debido a la complejidad de la red de tuberías.
- Tipo de vivienda: el suelo radiante por agua es ideal para viviendas nuevas o reformas extensas, mientras que el eléctrico se adapta mejor a espacios reducidos o reformas sencillas.
- Disponibilidad de espacio: el suelo radiante por agua requiere una mayor altura del suelo para alojar la red de tuberías, mientras que el eléctrico ocupa menos espacio.
- Necesidades de calefacción o refrigeración: una de las bases es mejorar la eficiencia energética. Esto es posible gracias al suelo radiante por agua. Ofrece una buena temperatura, adaptada a las necesidades y, además, es fácil de instalar y controlar.
- Fuente de energía: es importante saber que el suelo radiante por agua necesita una fuente de calor compatible. Por ejemplo, caldera o bomba de calor.