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Suspendemos en ropa interior sexy, pero eso no tiene por qué ser malo

¿Sabéis que hay un informe que dice que las españolas prestamos menos interés en la ropa íntima que el resto de europeas? Sí, nos deja en muy mal lugar la verdad. Mientras que para una alemana o una francesa estar perfecta en ropa interior es algo primordial, a la mujer española nos interesa más la comodidad y la economía, así que optamos por “braguitas” de mercadillo, Primark o Carrefour. Puede que eso demuestre que somos más inteligentes pero no más coquetas.

La última vez que me compré un conjunto de ropa interior recuerdo que fue para un viaje que mi marido y yo hicimos a Barcelona, hace por lo menos tres años. Lo compré en Lencería Paqui y aún lo tengo, creo que me lo he puesto en contadas ocasiones y no porque no me guste o vaya incómoda, sino porque quiero que me dure mucho tiempo y pienso “para ir al trabajo no me lo voy a poner, ni para estar en casa con mis hijos, ni para ir a dar un paseo el domingo”, y al final lo que pasa es que no me lo pongo, directamente.

Lo compré cuando supe que íbamos a alojarnos en el Mercer Barcelona, un hotel chulísimo, con mucha clase, y quise hacer que la primera noche fuese especial, muy romántica, para aprovechar aquella habitación enorme tan bonita. Recuerdo que encargué por teléfono que pusieran pétalos en la habitación para cuando llegáramos, y una botella de cava con fresas. Lo hicieron todo, cumplieron lo prometido y yo pasé una noche increíble. Pero ahora ahí está el conjunto, muerto del asco dentro del armario.

Pero la cosa no es solo mía, viene de fábrica “made in Spain” porque, por regla general, las mujeres españolas suspenden en seducción por culpa de la ropa íntima caracterizada por la austeridad y el conservadurismo y muy alejada del atrevimiento. Prima la comodidad frente a lo sexy, es así de simple.

Prácticamente la totalidad de las encuestadas afirma utilizar sujetadores con aros de corte clásico, aunque otras modalidades como los sujetadores sin tirantes o con tirantes de silicona forman también parte del armario de un alto porcentaje de mujeres, sobre todo en el periodo estival. Las prendas más atrevidas y seductoras como los sujetadores “push-up”, que aumentan el volumen del pecho, o los “balconet” que los realzan, sólo tienen cabida en los armarios de la mitad de las mujeres encuestadas.

El liguero que se lo ponga otra

Nada de ligueros, cero, o casi cero, porque sólo el 2% lo utiliza de forma regular. El tanga sí que tiene adeptas aunque no tantas como pensaba, pero las más utilizadas son las braguitas bikini y las coulotte.

Preferiblemente yo compro las prendas blancas, y no soy diferente a las demás, las mujeres de casi todas las edades prefieren una prenda que permita evitar que la ropa interior se transparente con la ropa que lleva, es decir: blanco o beis.

Al final, aunque algunos nos puedan poner de mojigatas, yo sigo pensando que lo que ocurre es que somos más inteligentes: confort antes que belleza, sencillez antes que incomodidad y, por supuesto, una inteligencia aplastante al querer estar a gusto con nosotras mismas antes que con los demás.

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