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¿Cómo es la calidad de vida del adulto mayor en España?

La calidad de vida de las personas mayores se ha convertido en un tema de cada vez más atención a nivel mundial. Esto porque, por primera vez en la historia del mundo, la población de la tercera edad de todo el planeta llegó a cifras nunca antes vistas, llegando a haber más adultos mayores de 65 años que niños menores de cinco, según cifras compartidas por las Naciones Unidas.

Asimismo, el informe Perspectivas de la población mundial 2019 plantea que para el 2050 “una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años y se estima que el número de octogenarios –o más– se triplicará para esa fecha, pasando de los 143 millones actuales a 426”. Por lo que las diferentes naciones han entendido que comenzar a trabajar en la calidad de vida de lo que ahora es una gran parte de la población es más que prioritario.

Pero, para poder hablar sobre la calidad de vida que tienen los adultos mayores en España, primero tenemos que definir lo que significa el término “calidad de vida”.

Este concepto se refiere básicamente a la evaluación subjetiva que hace cada persona en particular sobre su situación de vida, tomando en cuenta su estado de salud, los servicios a su disposición, etc., de forma que pueda satisfacer sus necesidades y lograr el tan codiciado bienestar personal.

Para esto, los gobiernos aplican herramientas de medición que toman en cuenta la capacidad de la persona de solucionar sus diferentes problemas, o el grado de ansiedad o depresión que puede estar experimentando, este último como principal señal de una calidad de vida baja. Así, estas tienen una escala que va de  0 (representando el peor estado de salud y muerte) hasta 100 puntos (mejor estado de salud con una calidad de vida plena).

Así que, ahora que ya manejamos este concepto, podemos proceder a analizar la situación del adulto mayor en nuestro país.

La calidad de vida del adulto mayor en España

Para explicar este aspecto, debemos apoyarnos en los estudios y cifras que existen sobre el tema. Así, el Indicador de Calidad de Vida Digna y Sostenible de la Vejez (ODS-IVDS65+) ubica a nuestro país en la duodécima posición de países del sur del continente con mayor calidad de vida para sus mayores.

Por su parte, La Escuela de Pensamiento de Fundación Mutualidad Abogacía y la Universidad de Barcelona (UB) con sus jornadas de ‘ODS y población mayor: retos sociales y económicos de la nueva longevidad’ presentan 11 indicadores que miden aspectos vinculados a la situación económico-patrimonial, como son los hábitos de ejercicio físico y nutricional, esperanza de vida, nivel educativo y habilidades TIC, formas de convivencia y cuidados que prestan, inserción laboral, localización por razones geográficas, relaciones personales y nivel de integración, y que apoyan dicha conclusión.

En dicha jornada, organizada por la Cátedra Economía del Envejecimiento de la Fundación y la UB y la catedrática Mercedes Ayuso, junto al rector de la UB, Joan Guàrdia, y el presidente de la Fundación Mutualidad Abogacía, Enrique Sanz Fernández-Lomana, se encontraron los siguientes indicadores:

  • Menor pobreza relativa (posición 6)
  • Estado físico y nutrición adecuados (10)
  • Envejecimiento con buena salud (7)
  • Igualdad en la prestación de cuidados a personas mayores (3)
  • Localización en zonas de diferente densidad poblacional (posición 5).
  • Posición media (15) para la cantidad e intensidad de las relaciones sociales de las personas mayores
  • Posición baja del ranking que mide el nivel de educación y habilidades TIC (20), con un 16,1% de mayores de 65 años que no acabaron los estudios de Primaria
  • Participación en el mercado laboral (25).

De esto, la Cátedra Economía del Envejecimiento, creada por la UB y la Escuela de Pensamiento de la Fundación Mutualidad Abogacía, concluyen que la población mayor en España experimenta altos porcentajes de riqueza, además de excelentes índices en cuanto a alimentación, con cifras en consumo de fruta fresca y verduras.

Como veníamos comentando al principio del artículo, se está registrando una población mayor de 65 años cada vez mayor y se espera que, en España, para el año 2050, las personas mayores de 65 años representarán más del 30% de la población –actualmente el porcentaje es del 17%– y aquellos con más de ochenta serán más de cuatro millones de personas. Todo esto tomando en cuenta que un estudio realizado antes de la pandemia, indicó que la esperanza de vida de nuestro país era la tercera más alta del mundo, por detrás de Japón y Suiza, y situándose en 83,1 años de media.

La población de la tercera edad después del Covid

Por supuesto, no podíamos hablar sobre el crecimiento de la población de adultos de la tercera edad sin mencionar los estragos causados por la aparición del virus del COVID en el 2020.

Esto porque como se sabe la población más afectada por este virus fue la de adultos mayores, que debido a su débil sistema inmunológico y la existencia de ciertos cuadros médicos, tuvo la mayor cantidad de fallecimientos; a lo cual también debe sumársele los efectos de cuadros graves de soledad, aislamiento y depresión.

En relación a ello, la fundación de voluntariado Amigos de los Mayores, expresan en una entrevista para el blog informativo del BBVA (la cual también recoge las cifras y hallazgos que  hemos mencionado en este artículo) lo siguiente:

«Las personas mayores han estado en el centro de atención, por el impacto del virus en este grupo de población, pero también por los prejuicios y estigmas que se les asocia desde muchos ámbitos. Se han vulnerado sus derechos, aplicando medidas que les afectan de manera directa sin tener en cuenta sus necesidades ni su opinión y, en muchos casos, sin informar. Se les ha confinado en residencias cuando el resto de la población podía moverse libremente. Han sufrido discursos y medidas edadistas que les han discriminado solo por su edad»

De esto, podemos también concluir, que aunque si es verdad que muchos aspectos de lo que se considera calidad de vida están muy bien cuidados por el gobierno español, hay otros que carecen de total atención y que implican un problema grave para su felicidad y bienestar.

¿Cómo mejorar la calidad de vida de las personas mayores?

En vista de que no se ha logrado una situación totalmente digna para los adultos de la tercera edad, hay ciertas medidas que podemos tomar para ayudarles a vivir su etapa dorada con dignidad y satisfacción. El equipo especialista en el cuidado de adultos mayores de Agencia Sant Pau nos cuenta algunas de ellas:

  • Garantía de los derechos y la autonomía. Las personas mayores merecen poder ejercer su derecho de decisión, en vez de ser tratada como dependientes, vulnerables y pasivas.
  • Prioridad para sus necesidades. El estado debe garantizar centros de ocio y para jubilados donde las personas de la edad mayor puedan disfrutar de talleres, actividades, eventos y momentos de esparcimiento acompañados de otras personas en su situación, para que disfruten de un escape a las dolencias y la soledad que se pueden experimentar en la vejez.
  • Cumplimiento de las medidas recomendadas por las entidades que representan a personas mayores. Hay que darle prioridad a los requisitos exigidos por los representantes de esta parte de la población.
  • La lucha contra la soledad como centro de las políticas. El estado debe asumir la soledad en la edad adulta como uno de los principales enemigos del bienestar en esta etapa y desarrollar políticas enfocadas en combatir con la misma, como pueden ser las relaciones comunitarias, las redes de proximidad, y el apoyo vecinal, entre otros.
  • Investigación. También es importante que el estado invierta en la investigación de la realidad de las personas mayores dentro de su sociedad, ya que el primer paso para la solución de los problemas sociales de un país es conocer cuáles son.
  • Sistema de cuidado de salud eficiente. La necesidad de invertir en un modelo de cuidado para la salud del adulto mayor que sea eficiente se evidenció de forma alarmante con la llegada del Covid y los muchos decesos que se produjeron a raíz de la situación. Sobre todo cuando hablamos de aquella prestada en los hogares para ancianos.
  • Nueva concepción sobre la vejez. Gran parte de la sociedad suele caer en el error de discriminar y relegar al adulto mayor, por lo que le genera sensaciones de humillación y soledad. Por esto, el estado debe procurar educar a la población para que tenga una visión más optimista y digna para con las personas en esta etapa.
  • Plan de choque para la adaptación y accesibilidad universal. Debería existir una planificación que se preocupe por la calidad de vida en la etapa de la adultez mayor  de forma integral, en donde se incluyan todos los aspectos que conforman el bienestar personal, desde las viviendas al transporte público, los servicios o los productos.
  • Inversión para el sistema sociosanitario y residencial. Los centros residenciales y donde se prestan otros servicios básicos para el adulto mayor deberían contar con la inversión necesaria de parte del gobierno para su buen funcionamiento
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