Te proponemos en este artículo, una de esas escapadas que no olvidarás en la vida. Perderte durante unos días por los 1.140 kilómetros cuadrados de la Alpujarra granadina y sus 25 pueblos moriscos, moviéndote libremente en autocaravana, parando donde quieras para disfrutar del paisaje y dejándote atrapar por unos de los rincones más mágicos del país.
Situada a poca distancia de la ciudad de Granada, en plena Sierra Nevada, uno de las sierras más altas de la península ibérica y con una red de carreteras de montaña que comunica sus variopintos municipios, es un lugar idóneo para descubrirlo a tu aire dentro de una autocaravana. Como nos comentan en Caravanas Cruz, viajar en una casa rodante es la excursión perfecta. Te sientes el director del viaje. Además, en esta comarca cuentas con áreas económicas en las que aparcar tu vehículo, abiertas durante todo el año, y desde donde puedes planificar tus excursiones.
Cuenta la leyenda, que cuando Boabdil “El Chico” entregó las llaves de Granada a los reyes católicos, fue a esconderse con su corte en los pueblos de la Alpujarra. Allí permaneció oculto durante años, para luego marchar a Almería y abandonar el país.
Lo que sí constata la historia, es que a raíz de la “Pragmática Sanción”, promulgada por Felipe II, en la que se prohibía hablar en árabe y practicar el Corán en territorio español, se produjo entre 1578 y 1571 la “Rebelión de la Alpujarras.” Los habitantes de la sierra de Granada, en su inmensa mayoría moriscos, se negaron a obedecer al rey, realizando actos de venganza contra personal eclesiástico y cristianos viejos. Las escaramuzas de los habitantes de la sierra se sucedían una detrás de otra, hasta que Don Juan de Austria aplacó la rebelión a sangre y fuego. Felipe II decretó la expulsión total de los moriscos. De los 80.000 musulmanes que quedaron vivos en el antiguo reino de Granada, unos fueron vendidos como esclavos en Córdoba, otros enviados a galeras y el resto fueron dispersados por diferentes partes del reino de Castilla. Para repoblar las Alpujarras se trajeron colonos de Galicia, León, Asturias y Castilla, que curiosamente se alojaron respetando casas de los antiguos moradores.
La arquitectura de las alpujarras proviene de la edad media y está emparentada con la arquitectura bereber. Casas de adobe encaladas con un techo plano, de dos alturas, con una chimenea cilíndrica coronada por una losa y aprovechando la orografía. En algunos pueblos las casas se encuentran encaramadas a las montañas, formando terrazas orientadas al sur. El sitio de la Alpujarra es el espacio patrimonial protegido más amplio de toda Europa.
Qué visitar.
Tomando como punto de referencia Lanjarón, conocido por su manantial de aguas minerales y su balneario medicinal construido a principios del siglo XX, y considerada como la puerta de la Alpujarra, o partiendo de Orgiva, el pueblo más habitado de la comarca, hay dos rincones que vale la pena visitar. Adentrándose en el parque natural de sierra nevada se encuentra el Barranco de Poqueira, a las faldas del pico la Veleta. En esta zona están los municipios de Pampaneira, Bulión y Capileria, que según la web Granada Direct, conservan, de una forma más fiel, la arquitectura tradicional la zona. En sus calles empinadas, estrechas y serpenteantes parece que se ha detenido el tiempo. El visitante tiene la impresión de que está paseando por un pueblo medieval del Al-Ándalus.
Orientados hacia la costa se encuentra el Balcón de la Alpujarra. Una sucesión de pequeños pueblos de casas blancas, encaramados en las faldas de las montañas. En esta zona están Cañar, Somportujar y Carataunas.
Otro de los atractivos de las Alpujarras son sus magníficos miradores desde los que se puede apreciar la grandiosidad de la sierra, con los picos de las montañas nevados durante gran parte del año. Entre esos miradores destacan el del Visillo y la Carantoña, en Lanjarón, el del Perjel, en Capileira o los que se encuentran en la carretera que va desde Lanjarón hacia Orgiva.
Qué hacer.
Aparte de pasear por los pueblos, la web oficial de turismo de la Junta de Andalucía propone una serie de rutas en la que practicar el senderismo. Con ellas se recorren los caminos que atraviesan las montañas. Algunas de estas rutas son relativamente cortas, como la que rodea Lanjarón, y otras de 144 kilómetros, como la ruta de la Alpujara, que se puede recorrer gran parte de ella en coche. Arranca en Lanjarón, sigue por Orgiva, entrelaza una serie de aldeas de sierra como La Tahá, Busquitar, Castaras y Lobras, y después desde Cádiar se dirige hacia el valle de Andarax, una zona vitivinícola en la provincia de Almería.
En el límite entre la provincia de Granada y la de Almería está el Pico de la Ragua, con una estación recreativa en la que se puede practicar esquí de fondo. Sierra Nevada es propicia para practicar deportes de contacto con la naturaleza. Hay vías pecuarias habilitadas para realizar ciclismo de montaña, y rutas de montañismo con distinto nivel de dificultad.
No se puede ir a la Alpujarra sin conocer su gastronomía y su artesanía. Trévelez es famoso por su jamón y sus embutidos, curados al aire de las montañas. La Alpujarra también es un productor de vinos, con los viñedos más altos de Europa. Entre sus platos destacan los pucheros y los estofados, para sobrellevar el frío de la montaña, sus quesos de cabra y sus gachas de harina de trigo y pimentón.
La Alpujarra es una comarca que por sus características ha tendido a permanecer aislada durante largos periodos de tiempo. Esto les ha obligado a sus habitantes a ser autosuficientes y aprovechar los recursos de los que disponían. Debido a eso han desarrollado una artesanía característica que en la actualidad se sigue conservando. Destacan sus telares, en los que se fabrican jarapas, mantas de vistosos colores en las que se utilizaba ropa vieja hecha jirones. En los telares también se producen alfombras de mota y tapices. Desde la época nazarí, la Alpujarra ha sido una productora de alfarería. En muchas casas había hornos de leña, en la que además de cocinar, los lugareños cocían las piezas de barro que habían fabricado para atender a las tareas cotidianas.
El paisaje.
La Alpujarra es una zona de media y alta montaña, con un relieve redondeado, salvo determinadas zonas escarpadas. Por la orientación de la sierra hacia el mar, sufre de una fuerte insolación y está castigada por los vientos predominantes del oeste. Esto hace que a pesar de la altitud, la zona sufra de una cierta aridez, con ausencia de prados y predominio de pinares salvajes, matorrales y jara. Tiene una fauna en la que resalta la cabra Montesa, posé roedores como liebres y conejos, aves rapaces, topillos y hasta 20 especies diferentes de mariposas.
El deshielo de las cumbres nevadas da lugar a caudalosos y breves ríos afluentes del Guadalquivir, como el Genil, y otros que desembocan en el Mediterráneo como el Guadalfeo, el Andarax o el Dúrcal, dejando a su paso parajes relajantes en los que se respira aire puro.
Donde acampar con la autocaravana.
Dentro de las áreas en las que acampar se encuentra el Parking de Sabicas, junto al Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada. Permite la pernoctación en caravana por tan solo 5 € diarios.
A 24 kilómetros de Lanjarón y a tan solo 14 de Granada se encuentra el Camping del Purche en Monachil. Ofrece plazas para caravana desde 5 € la noche con acceso a toma de agua.
En algunos pueblos de la Alpujarra existen áreas de aparcamiento gratuito en las que se admiten autocaravanas. Eso sí, sin acceso a servicios extras como evacuación de aguas, recarga de cisternas, etc. Este es el caso de Capileira, donde el parking está casi en el centro del pueblo, o Pampaneira, al lado de la carretera de entrada al municipio.
En Ugijar hay un área de caravanas gratuita al lado de la carretera. Tiene plaza para cuatro caravanas y acceso a agua y a electricidad. A 5 minutos andando hay un supermercado.
A las afueras de Lanjarón se encuentra el Tropic AC Camper Park, un área privada con capacidad para 60 caravanas abierto durante todo el año. En este caso, la tarifa es de 10 € la noche en temporada baja.
A la entrada de Lanjarón hay una zona al lado de la carretera en la que se permite aparcar caravanas, pero no acampar, es decir, sacar sillas o mesas al exterior.
En Orgiva se encuentra el camping Puerta de la Alpujarra, en la carretera de Orgiva a Lanjarón, con zona de caravanas al lado del restaurante y otro camping a la entrada de la ciudad, desde el que se puede llegar andando al centro del pueblo.
Pocas zonas ofrecen tantas facilidades a los conductores de caravanas y autocaravanas como las Alpujarras. Un lugar que descubrir a bordo de estos vehículos, conocer pueblos encantadores, pasear entre la naturaleza, disfrutar de la montaña y pernoctar en una de las múltiples áreas o campings que nos encontremos por el camino