Cada año España recibe aproximadamente a unos 65 millones de turistas atraídos por su agradable clima, su enorme patrimonio artístico y cultural, sus paisajes, sus playas y su riqueza gastronómica. El impulso del turismo en España tiene su origen en la década de los 90, más concretamente a partir de 1992, año en el que se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, y actualmente se encuentra entre los tres países más visitados del mundo.
Las comunidades preferidas por los turistas que visitan España buscando sol y playa son Barcelona, Baleares y Canarias, la Costa del Sol, La Costa Valenciana, Marbella, Torremolinos y Benidorm.
Quienes prefieren disfrutar del verde del paisaje, de las montañas o que apuestan por el turismo rural, prefieren el Norte de la Península, como el País Vasco, las Rías de Galicia o la costa cantábrica. El Camino de Santiago y sus rutas han sido declaradas por la UNESCO patrimonio de la Humanidad, y multitud de turistas recorren este trayecto cada año hasta llegar a Santiago de Compostela para venerar las reliquias del Apóstol Santiago.
La variada gastronomía de este país es un reclamo para much@s de estos turistas. Fabada, cocido gallego, paella, tortilla de patatas, empanada, cocas, gazpacho, sanfaina, escalibada, aceite de oliva, sólo son una pequeña muestra de la enorme variedad gastronómica de nuestro país.
Pero en los últimos años, España se ha tenido que enfrentar a un nuevo reto: alimentar a un turismo cada vez más vegano. Muchos turistas veganos se encontraban al llegar a España que la mayoría de los restaurantes no disponían de una opción vegana, y los que lo hacían, sólo ofrecían ensaladas frías o recetas poco elaboradas y poco sabrosas. Con el paso de los años, España se ha hecho cada vez más vegana y cada vez existen más restaurantes veganos y vegetarianos.
Actualmente existen alrededor de 600 millones de vegetarian@s en todo el mundo, y la cifra va en aumento. Yo misma soy vegana, pero no siempre ha sido así, y antes, como much@s otr@s, también disfrutaba de la típica comida tradicional española. Ahora tengo un restaurante vegano y he pensado en ampliar la carta para poder recibir a un público más variado. Así que se me ocurrió una idea, ¿Por qué no adaptar las recetas tradicionales sustituyendo sus ingredientes por otros de origen vegetal haciéndolas aptas para vegan@s y vegetarian@s?
Durante unos días permanecimos cerrados porque queríamos darle un cambio de imagen al local, en consonancia con nuestra nueva oferta gastronómica. También solucioné un tema que llevaba tiempo queriendo arreglar pero por unas cosas o por otras lo había ido apartando. Hasta hace poco adquiríamos los productos de limpieza especiales para hostelería a nuestro proveedor habitual, un auténtico profesional, responsable con su trabajo y cumplidor, pero el problema es que no tenía productos ecológicos, y ese tema me preocupaba bastante. Aprovechando el descanso, he buscado en la red y he encontrado la respuesta a mis necesidades, StocknetVallès, una tienda online de productos de limpieza, papel y maquinaria que, además, dispone de una línea ecológica de productos de limpieza totalmente respetuosa con el medio ambiente y a muy buen precio.
Algunas recetas tradicionales veganas
Tengo que admitir que desde que hemos mejorado la carta, adaptándola a nuestra gastronomía, el número de comensales ha crecido significativamente.
La tortilla de patatas es una de nuestros platos estrella. Lo único que hemos hecho es sustituir los huevos por harina de garbanzo mezclada con agua hasta conseguir una mezcla de apariencia y textura similar al huevo. Otra opción es utilizar harina de arroz.
La fabada vegana está riquísima y mucho más sana que la tradicional. Su elaboración es similar a la de una fabada tradicional, sólo que en vez del chorizo y la morcilla de origen animal, utilizaremos choris y morcillas veganas. El calabizo o chorizo de calabaza es una deliciosa y respetuosa alternativa al chorizo tradicional, que además de ser ecológico, está libre de colesterol. De la misma forma hacemos el cocido gallego.
Además hay muchos platos típicos de la cocina tradicional que no es necesario modificar como el pisto o sanfaina, la escalibada, los garbanzos con espinacas o el ajoblanco.
Comer bien y sin sufrimiento es posible…